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lunes, 28 de abril de 2025

CINEFESD


Todo el proceso de crear un corto para Cinefesd


Participar en la creación de un cortometraje para Cinefesd fue una de las experiencias más intensas y enriquecedoras que he vivido. Nuestro grupo estaba formado por cuatro personas, y juntos trabajamos en la realización de un corto que abordaba una historia sensible: la de una persona que, enfrentando una enfermedad terminal, quería despedirse de sus amigos, pero estos no se lo permitían porque temían la carga emocional de ese momento.

Hoy quiero contarles, paso por paso, cómo fue todo el proceso de creación, desde la idea inicial hasta la edición final.


Formación del equipo y elección del tema:

Lo primero que hicimos fue formar el grupo. Era esencial que todos los integrantes tuviéramos claro que el trabajo en equipo sería clave para llevar el proyecto a buen puerto. Al juntarnos, comenzamos a proponer distintas ideas para el guion. Queríamos tratar un tema profundo, algo que pudiera conectar emocionalmente con el público.

Finalmente, acordamos contar la historia de una despedida que no podía ocurrir, por la incapacidad emocional de los amigos para enfrentar la enfermedad de su compañero. Sabíamos que no sería fácil manejar un tema tan delicado, pero nos entusiasmaba el reto.


 Escritura del guion:

Una vez que tuvimos el concepto general, pasamos a la escritura del guion. Esta fue una de las etapas más largas e importantes. Tuvimos varias reuniones para:

- Definir los personajes: quién era el protagonista, cómo eran los amigos, cómo reaccionaría cada uno ante la situación.

- Establecer la estructura: introducción, desarrollo y desenlace, asegurándonos de que la historia fluyera de manera coherente en un formato corto.

- Escribir los diálogos: nos enfocamos en que fueran naturales, cargados de emoción pero sin caer en el dramatismo exagerado.

Durante esta etapa, también pensamos en los simbolismos que podríamos utilizar, como gestos, miradas y silencios que dijeran más que las propias palabras.


 Planificación de la producción:

Con el guion listo, llegó el momento de planificar todo lo relacionado con la grabación:

- Selección de locaciones: decidimos que las escenas se desarrollarían principalmente en un parque y en una casa, lugares que representaran tanto la vida al aire libre como la intimidad de la despedida.

- Reparto de roles: aunque éramos solo cuatro personas, nos organizamos para cubrir todas las áreas: dirección, cámara, sonido, actuación y asistencia de producción.

- Guion técnico: elaboramos una versión del guion que incluía planos de cámara, movimientos, encuadres y detalles de iluminación.


 Rodaje:

El rodaje fue intenso. Grabamos durante dos días completos. Cada escena requería varias tomas para lograr la emoción exacta que buscábamos. Fue fundamental tener paciencia y mucha comunicación entre nosotros.

Durante la grabación, surgieron imprevistos como cambios de clima, ruidos en las locaciones y ajustes de última hora en los diálogos. Sin embargo, logramos adaptarnos rápidamente.

También fue un gran desafío mantener la continuidad de las escenas, cuidando detalles como la ropa, la posición de los objetos y la expresión corporal de los personajes.


Postproducción:

Una vez terminado el rodaje, comenzó la fase de postproducción, que fue igual de importante:

- Selección de tomas: revisamos todo el material grabado y elegimos las mejores tomas para cada escena.

- Edición de vídeo: utilizamos un programa de edición para unir las escenas, ajustar el ritmo de la historia y aplicar algunos efectos de transición suaves.

- Corrección de color: trabajamos para que todas las escenas tuvieran una coherencia visual en términos de luz y tonos, buscando una estética ligeramente melancólica.

- Sonido: añadimos música de fondo sutil y trabajamos en la mezcla de los diálogos para que se escucharan claros y emotivos.


Reflexión final:

Crear este cortometraje nos enseñó muchísimo. No solo fue una oportunidad para desarrollar habilidades técnicas en guion, grabación y edición, sino también para crecer como equipo y aprender a contar historias que puedan tocar el corazón de quienes las vean.

La historia que decidimos contar fue dura y emotiva. A veces nos costaba contener la emoción incluso durante los ensayos y las grabaciones. Sin embargo, esa intensidad emocional también fue lo que hizo que el proyecto se sintiera tan real y significativo.

Participar en Cinefesd fue un proceso largo, lleno de desafíos, pero también de momentos de satisfacción profunda. Ver el cortometraje terminado y saber que cada detalle fue trabajado con pasión fue, sin duda, uno de los logros más importantes que hemos tenido como grupo.


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